“A las
montañas levanto mis ojos; ¿De dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene
del Señor, creador del cielo y de la tierra.”121:1- 2
No se como te encuentres hoy, si tines dudas con respecto un proyecto, o si estás pasando por tiempos difíciles; pero te quiero compartir un poco de lo que nosotros hemos pasado y como hemos salido siempre adelante.
Una de las historias en la Biblia que más impacta mi vida cuando hay dificultades, sin duda es aquella donde Jesús camina sobre el agua para alcanzar la barc que se había alejado de la orilla como resultado del viento y el oleaje ¿La recuerdas? (Mateo 14 25 :31).
Los discípulos se asustan al ver a Jesús caminar sobre el agua y piensan en la posibilida de que sea un fantasma. Jesús les habla para hacerles ver que se trata de Él , Pedro le pide caminar hacia Él y Jesús inmediatamente extiende su mano y lo sujeta.
Algunas veces en la vida enfrentamos situaciones difíciles de entender, incluso suelen asustarnos o hasta nos hacen perder la perspectiva de la realidad; como a los discípulos que sintieron temor y creyeron que se trataba de un fantasma, no podemos discernir lo que pasa o creemos ver o sentir algo diferente a la realidad ante el miedo, nos paralizamos y sentimos que nos comenzamos a hundir.
Deseo ante ese tipo de circunstancias poder pedir a mi Dios que me permita caminar por fe, que extienda su mano y me sujete para “caminar sobre el agua.” Se que Él me sujetará como lo hizo con Pedro. No me soltará
Más Pedro al comenzar a ver lo que estaba pasando, y darse cuenta de las circunstancias en su mente racional, es decir, vio el viento soplando fuerte, el agua bajo sus pies… etc. ¿Cuántas veces te has sentido así? Yo muchas veces. Comenzamos a caminar en algo por fe y a medida que avanzamos, pareciera que esa misma fe que nos hizo saltar “sobre el agua y hacia el bote” se perdiera a medida que racionalizamos las cosas y enfrentamos las dificultades; porque es es nuestra naturaleza humana, nuestra tendencia es no creer y la verdad es que los seres humanos somos débiles.
Todos como Pedro dudamos, sentimos miedo, o queremos ver las cosas de forma muy racional siempre. Mas cuando eso ocurre; así como en esta bella historia puedes recordar las hermosas palabras del salmo 121:
“Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.”
El corazón de Dios es que podamos fijar nuestra vista en Dios y no en las circunstancias, así que si hoy sientes que te hundes, que el viento sopla hacia ti con gran fuerza, que tal vez estás cometiendo un error pero tienes la convicción de que lo que iniciaste o está sucediendo en tu vida es parte del plan de Dios para tu vida. Puedes estar seguro que te sujetará y no te soltará. Verdaderamente es fiel. No dejes de mirarlo a Él.
Confía, fija tus ojos en aquel que te dio la fuerza, valor y fe para “saltar del barco” Podemos confiar, podemos estar seguros. Su gracia es eterna y su amor no tiene fin.
Con amor
Mariana Herrera